lunes, 13 de septiembre de 2010

Au revoir, Claude Chabrol!



Vivimos en una época en la cual las pizzas llegan antes que la policía (Claude Chabrol)

Me entero de la muerte de Chabrol cuando, por casualidad, hace unos días me baje al más puro estilo actual una película antigua de este director, gracias a las ventajas de las nuevas tecnologías y de la pirateria inocente. La película era L'oeil du malin, un título menor, pero tenía curiosidad porque la protagonizaba Jacques Charrier, marido de Brigitte Bardot por breve tiempo y que no ha hecho una gran carrera en el cine, aunque es y fue un buen actor, algo inquietante. La víctima del maquiavelismo de Charrier era Stephane Audran, que fue esposa de Chabrol y es madre de uno de sus  hijos, dos de ellos también actores y el mayor, además, un gran compositor. Fue una de sus películas con triángulo, un estilo muy habitual en este director y que se prestaba a un gran número de combinaciones con pocos personajes.

Chabrol tiene una producción extensa y, según mi opinión, bastante irregular. No voy a presumir de haber visto todas sus películas pero de las que he visto algunas me han gustado mucho y otras me han parecido a medio terminar o, simplement, fallidas. Hoy el cine francés nos llega con cuentagotas, por desgracia, y algunos de aquellos antiguos títulos cuestan de recuperar, resulta ya imposible verlos en un cine normal. Lo mismo pasa, en general, con todo el cine europeo, español incluído. Al menos esos autores míticos son pirateados con gran afición y siempre nos queda el recursos de la descarga casera.

Francia era para todos nosotros un espejismo de libertad pecaminosa, sexual y política. Ayer mismo emitían aquella mala, pero emblemática película que fue Emmanuelle, la primera de la serie. Viajamos para verla -aquella y otras como, por ejemplo, La caída de los dioses o La vieja memoria  o la del Último tango en París- a Ceret, a Perpinyà. Los viajes al otro lado de la frontera generaban mucho entusiasmo, por desgracia me cogieron ya en la transición y pronto todo aquello quedó en el olvido, lo verde ya no empezaba ni terminaba en los Pirineos y el destape llegó con la libertad política y la democracia algo coja de la cual disfrutamos hoy.

Francia ya no és lo que fué porque quizá tampoco era aquello que soñábamos reprimidos. Creo que hubo intentos de hacer algo parecido a lo de Perpinyà en Portugal, incluso en Andorra, donde los intentos toparon con una iglesia católica andorrana que no estaba para tales escándalos cinéfilos. Las primeras camisas mojadas sobre la piel, de símbolos eróticos patrios como Nadiuska pronto evolucionaron hacia cosas más evidentes. Hoy dan por la tele, en horario escolar, películas que en otro tiempo eran gravemente peligrosas, en aquella clasificación que el nacional catolicismo establecía. 

Chabrol era mayor pero hoy somos tan optimistas que ochenta años parecen todavía pocos para abandonar este mundo, valle de lágrimas en otro tiempo y hoy extraña feria a la cual parece que venimos a divertirnos de forma intensiva y a sobrevivir todo lo que se pueda aunque sea hechos unos zorros. Recuerdo que entramos en el cine francés a ver Emmanuelle, allá por 1974 o 1975, antes de la muerte de Franco, y se suspendió el pase porque hubo un aviso de bomba, así que tuvimos que volver más tarde. De Chabrol pudimos ver algunas películas en Barcelona, en aquella època, para poder filtrar algunos títulos se inventó aquello del arte y ensayo. Reconozco que Chabrol, incluso en sus películas más flojas, juega de maravilla con la atmósfera, con el ambiente. Por eso a veces esperas más de lo que hay, pero resulta fascinante entrar en ese mundo de sospechas y sentimientos ocultos.

Posiblemente, como Chabrol manifestó en la famosa frase que he copiado al principio, las pizzas hoy llegan antes que la policía, así es nuestro mundo. Y todavía más, el delincuente puede quedar filmado y requetefilmado sin que por eso se evite el delito. Por eso cuando en el metro de Barcelona me insisten desde los altavoces en que las cámaras vigilan y que vaya por ahí tranquila cojo fuerte el bolso, por si acaso. Así pues, también gracias a la inoperancia vanidosa que substituye la vigilancia real por la de película, el cine negro y la novela de crímenes y misterios continuarán despertando nuestro interés y aportando a lo que ya existe nuevas historias inquietantes.


2 comentarios:

Eastriver dijo...

La frase del principio es buenísima, y tu meditación final también. Vigili amb les seves pertenences, hi ha xoriços sueltus... así le pediría a la señorita locutora que lo radiara para el aviso de todos. Una abraçada.

Júlia dijo...

Eastriver, és que me tienen harta con las càmaras esas...