viernes, 4 de diciembre de 2015

CAMPAÑA ELECTORAL A LA VISTA


Como todo el mundo sabe o debería saber, el domingo, 20 de diciembre, en plena campaña navideña, poco antes del sorteo de la lotería y con las muñecas  dirigiéndose al portal y la gente que come turrón volviendo a casa por Navidad, tendremos las elecciones duodécimas a Cortes Generales, las primeras con Felipe VI, algo imprevisible de prever en las primeras o las segundas, cuando muchos y muchas pensábamos que la monarquía, en algún momento del futuro, evolucionaría volviendo a la república perdida de forma pacífica y consensuada.







Hace años, muchos, el inicio de las campañas venía acompañado de fotografías de candidatos diversos pegando carteles o haciendo ver que pegaban carteles. Eran otros tiempos. De todas maneras algunos partidos jóvenes y alternativos mantienen la tradición. No entiendo que aún se mantenga la manía de colgar fotos de los candidatos cuando todos sabemos como son y los vemos en la tele y en internet cada día. No entiendo cómo todavía nos mandan a casa las propagandas, el uso y abuso de papel en tiempos modernos es absurdo, un gasto inútil.

Estas elecciones son bastante imprevisibles. Hay muchos indecisos, partidos relativamente nuevos con nombres que no evocan ya aquello de la izquierda o la derecha o el centro sinó con títulos de crédito algo raritos como eso de poder o no poder, esa es la cuestión. Me parece eso del poder  algo desafortunado pero ellos sabrán. Los candidatos muestran sus habilidades diversas por la tele, eso tampoco es nuevo y se ironiza mucho sobre el tema. Espero que el de la colita no me destroce más a Krahe. El otro día Rajoy comiendo empanada con Bertín Osborne incluso me hizo reir. Mucha gente catalana me ha dicho que no se lo miró, claro, parece que hice algo malo contemplando esas tonterías españolistas.


Hace años ya había programas en los cuales se pedía a los políticos que hiciesen tonterías diversas relacionadas con sus aficiones personales, recuerdo a Roca, la gran promesa del reformismo frustrado de centro, yendo en bicicleta. No sé si eso de salir a actuar con cierta informalidad es cosas de los asesores, Rajoy explicó que fue su mujer quién le aconsejó mostrar algo de intimidad humana, hizo bien, porque realmente el invento humanizó al personaje, igual que lo humanizó la criticada pero cariñosa colleja propinada a su hijito.


Si en el conjunto hispánico la cosa está complicada y la indecisión es hoy el partido ganador, en Catalunya las cosas están todavía más embolicades. La imagen que se está dando con eso de las inacables negociaciones para no-investir a Mas resulta preocupante y creo que desmoraliza incluso a los incondicionales del procés. Yo confieso pertenecer al ejército de los indecisos, dels caga-dubtes o quizás es que sólo soy escéptica, algo cínica. La política puede tener defectos, los políticos no son ni mejores ni peores que el resto, hay de todo, como de médicos, de maestros, de periodistas, de mecánicos. Pero se puede hacer de todo menos el ridículo, creo que decía Pla, que era otro cínico.
Por lo menos estamos distraídos. Para acabar de distraernos se han inventado por aquí unos días en inglés, durante los cuales se hacen descuentos que no se pueden hacer llamándolos descuentos en castellano o catalán. Una amiga me comentaba con cierta preocupación que en una coral catalana a la cual pertenece el repertorio actual es casi todo en inglés, dicen que Riba ya dijo a Unamuno, hablando del catalán y sus condicionamientos, que aquí pasaríamos directamenta al inglés. Pues eso. 

Incluso Rajoy admitió en el programa de Osborne que está estudiando inglés aunque no parece muy aplicado, al contrario de nuestro Mas, que se defiende bastante bien. La noble lengua inglesa no tiene la culpa de nuestra papanatería consumista, claro. Yo me limito a repasar las lecciones de Duolingo, ya no estoy para cursos serios ni exámenes difíciles, pero qué duda cabe de la necesidad de saber idiomas en general y inglés en particular. Bueno, de aquí un mes, espero, hablaremos del gobierno, del de aquí y del de allá. Una obra de teatro que vi hace años sobre ancianas inteligentes recluídas en una residencia de la tercera edad se llamaba Al menos no es Navidad. Pero es que ahora, incluso es Navidad... O tempora, o mores.


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