lunes, 14 de noviembre de 2016

LA VENTANA INDISCRETA, TANTOS AÑOS DESPUÉS

Resultat d'imatges de la ventana indiscreta

Hace unos días volví a ver La ventana indiscreta, doblada en catalán, en BTV y en la imprescindible serie de clàssics sense interrupcions. Las interrupciones televisivas són una falta al respecto en muchos casos, no tanto cuando el programa es frívolo o, al menos, se aprovecha una pausa en lo que sea para ir a publicidad. Pero a veces dejan a los entrevistados con la palabra en la boca y cuando se trata de cine serio o buenas series el tema clama al cielo. ¿No se puede acumular la publicidad al final de todo? No creo que hoy la gente un poco normalita haga un excesivo caso de la publicidad aunque, quien sabe. En los primeros tiempos de la tele incluso nos gustaban los anuncios que eran sencillos y sin pretensiones, con sus tópicos de la época, hoy distintos pero igualmente lamentables. 

No pensaba ver esa película, la he visto un montón de veces, pero empecé a mirarla y ya no pude dejar de verla, le encontré aspectos y detalles que no había percibido antes, como cuando relees un buen libro, después de muchos años. He mirado por internet y se pueden encontrar cientos de comentarios sobre ella, fue imitada en muchos detalles, se ha interpretado incluso en clave simbólica, psicológica, no sé  si Hitchcok pretendía tanta filosofía aunque quizás lo pasara muy bien con tanto rollo intelectual.

Me pareció muy sensual Grace Kelly, que a menudo era algo fría y distante pero aquí tiene escenas bastante tórridas, considerando la época, aunque no parece alterar en exceso a ese irónico James Stewart, que no acabamos de saber si se casará o no, o si cederá a su cambio de actividad gracias a las artes eróticas de una dama tan extraordinaria. Me extraña que aquella rancia censura de principios de los cincuenta dejase pasar una historia en la cual una chica seria se queda a dormir en casa de su amigo, sin estar casados. Quizás el doblaje intentase mediatizar el tema amoroso, no lo sé, porque cuando la he vuelto a ver era en versión original o en un doblaje moderno.

James Stewart no me gustaba, de jovencita. Pero reconozco que con el tiempo lo aprecié, me ha pasado algo parecid con Tom Hanks quién, hoy, hace los papeles que habría hecho Stewart, aunque tanto el uno como el otro pueden hacer de todo y lo han demostrado a menudo. Son señores que parecen algo irritantes, un poco repelentes incluso, con un físico que no responde al de chico guapote ni tiene un atractivo alternativo, tipo Dustin Hoffman. Su vida privada también parece convencional, seria, aunque Hanks va por la segunda esposa, eso sí. Los dos han defendido causas difíciles e incómodas. Pero las comparaciones siempre son relativas y, evidentemente, no conozco personalmente al uno ni conocí personalmente al otro.



Resultat d'imatges de la ventana indiscreta

En mi casa teníamos algunas revistas antiguas, Victory, com imágenes de la segunda guerra mundial, las dejé a alguien y no me las devolvió. En más de una había fotos de Stewart durante la guerra, fue valiente, estuvo en activo, logro una graduación importante. Fue aquella una guerra gloriosa, sus héroes superviventes fueron recibidos con aplausos y homenajes. En un capítulo de una buena serie sobre periodistas, que ya tiene bastantes años, Lou Grandt, recuerdo que el protagonista hablaba de aquel recibimiento y se comparaba de forma crítica con el recibimiento vergonzante de los pobres supervivientes de Vietnam, mal mirados por una juventud que estaba cambiando a marchas forzadas y a base de protestas diversas. El mayo del 68 francés se puso las medallas pero las cosas empezaron en America, los franceses hicieron algo parecido con su revolución, son muy hàbiles para apropiarse éxitos míticos.

Puede que los censores pensaron que el protagonista, con aquella pierna enyesada, poca actividad sexual podia ejercer, a pesar de los provocadores besuqueos de su elegante novia la cual, cuando toca, puede ser tan valiente o más que él, incluso vestida de diseño y con tacones, aunque al final sonríe maliciosa y cambia la revista de fotos de culto geográfico por una de moda. La película se estrenó en el emblemático cine Windsor, incluso se hizo un concurso entre el público asistente que consistía en adivinar en qué escena salía el director, tan amante de los cameos. El premio eran mil pesetas de la época, a sortear entre los acertantes, poca broma. 

Además de la pareja protagonista salían en la peli Thelma Ritter, una de las grandes secundarias, y Wendell Corey, que llevó una vida poco ortodoxa y bastante complicada. Otra de las grandes protagonistas era Judith Evelyn, quién también llevó una vida profesional de buenísima secundaria, con intervenciones en la televisión, es esa señorita Corazón Solitario que al final parece encontrar la felicidad o algo parecido. 

Raymond Burr hizo de malo durante bastante tiempo, hasta terminar la carrera de derecho y ser Perry Mason, no se atrevió  tampoco a salir del armario hasta muy tarde, cómo han cambiado los tiempos, y, en muchas cosas, a mejor. Aquí es un malo que casi da pena, eso de que te observen resulta inquietante y poco constitucional, creo. Y ese escenario algo claustrofóbico, esa especie de patio de vecinos que parece salir de una de las primeras obras de Benet i Jornet o incluso de un texto de Galdós, es un decorado que universaliza esa historia de voyeurismo y curiosidad malsana... Me encantó volverla a ver, no sé explicar por qué algo es  un clásico pero esa película, sin duda, lo es. 

Y no puedes dejar de preguntarte,  después de tanto tiempo, como Grace Kelly se dejó enredar por ese Rainiero de mala opereta y dejó un trabajo tan divertido, o así me lo parece, para hacer de florero distinguido, en ese reino gobernado por piratas. Cómo es sabido, murió relativamente joven, en ese extraño accidente de coche, dejando una descendencia principesca pintoresca y curiosa. 

Stewart llegó a viejo, aquí ya era bastante más mayor que la dama, y supo ser también alternativo y poco convencional en papeles que eran menos amables que los tradicionales, como en Vértigo, aunque la que no me convence allí es Kim Novak que nunca me pareció gran cosa, artísticamente hablando, aunque despertaba pasiones entre los chicos de mi tiempo adolescente. A Grace Kelly, como a Audrey Hepburn, de jovencitas les ponían de pareja a muchos yayos decadentes o a maduros de buen ver pero que podian ser su papá. No me extraña que se enrollase un poco con Finney, cuando tuvo la ocasión, según las leyendas canónicas sobre estrellas desaparecidas.

Incluso me dieron ganas de sacar los prismáticos de la funda y ponerme a mirar qué veía enfrente de mi casa, ahora que algunos pisos se están reconvertiendo en turísticos. Lo que pasa és que, aunque haga calor, la gente aquí es bastante discreta y pocas veces descorre del todo las cortinas. Sin embargo siempre tienes alguna sorpresa aunque, por suerte, no sea precisamente la visión de un posible crimen doméstico.

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